La Iglesia en España celebra el 6 de noviembre el testimonio que dieron con su vida y su martirio a los mártires del siglo XX en España, en concreto en el periodo histórico de la persecución religiosa desatada entre 1931 y 1939.
Fueron varios miles de cristianos -sacerdotes, religiosos y laicos- los que fueron asesinados por el hecho de vivir su fe y ser consecuentes con ella.
Fueron 174 hermanos maristas y dos laicos de los que, alguno más del centenar, han sido declarados por la Iglesia como beatos, los que sellaron con su martirio una vida de entrega y generosidad en el seguimiento a Jesús, su maestro y modelo, y a la educación de niños y jóvenes siguiendo los pasos de san Marcelino Champagnat.
Estos hermanos nuestros eran hombres pacíficos, sencillos, que fueron matados por su fe, porque creían en Dios, porque tenían a Jesús como único tesoro, más querido que la propia vida. No odiaban a nadie, amaban a todos, hacían el bien a todos sin distinción.
Hoy, con su recuerdo y memoria, nos invitan a seguir a Jesús, que siempre nos acompaña, a ser misericordiosos y acogedores, y a hacer el bien sin ruido, sin distinciones, en nuestros trabajos, en nuestras familias, en nuestro entorno.
La vida y el testimonio de nuestros hermanos mártires, casi cien años después, nos dicen que vale la pena la entrega de la vida y de las energías en la educación de los niños y jóvenes y, en general, en hacer el bien amando y desviviéndose por los demás.
6 de noviembre, fiesta de los mártires del siglo XX en España