En Maristas, como institución dedicada a la educación de los niños, niñas y jóvenes, queremos conseguir una educación integral de la persona con especial atención a la dimensión trascendente, un estilo educativo marcado por la cercanía y la sencillez de trato, y educar en el sentido crítico, la responsabilidad, la participación y el compromiso social.
Un objetivo preferente de nuestra misión es la evangelización. Somos herederos de un proyecto educativo iniciado por san Marcelino Champagnat, cuyo fin es “dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar”. Según el espíritu de nuestro fundador, hacemos de los niños y jóvenes más necesitados los destinatarios preferidos de nuestra misión.
Conseguir que nuestras obras educativas sean en el entorno una referencia por su dimensión evangelizadora y su capacidad de acompañar a los niños y jóvenes en el proceso de crecimiento de su fe; así como por la calidad de su gestión y por el desarrollo de proyectos de innovación que respondan a la realidad cambiante de la sociedad. Además, buscamos asegurar la educación integral de los alumnos y alumnas a los que atendemos, prepararlos para ser agentes de transformación de la sociedad y formarlos en el conocimiento del carisma marista.
Reconocemos la existencia de unos rasgos bien definidos y ya tradicionales de la pedagogía marista que perviven en nuestras obras: la presencia cercana del educador, la sencillez, el amor al trabajo, el espíritu de familia y el amor a María, la buena Madre. Crecemos en la comunidad educativa como ámbito en el que se desarrollan la participación de todos, el trabajo en equipo, la corresponsabilidad de las familias en la tarea educativa, la atención a los más necesitados, el compromiso por la transformación de la sociedad y la celebración y expresión de la fe.
Asimismo, nos identificamos con valores emergentes en nuestra sociedad y que están presentes en nuestro proyecto educativo institucional: la comunicación, la solidaridad, la interculturalidad, la ecología y la sed de espiritualidad.
